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La importancia del lazo, ante una medida llamada aislamiento social preventivo y obligatorio, se ve por lo menos, exacerbada.

¿Qué sucedió con la coordinación de los acompañantes terapéuticos en emergencia sanitaria? Una principal diferencia que insertó esta nueva cotidianidad en aislamiento, es que muchas de esas tareas hoy aparecen con el insistente significante pandemia y los susceptibles de asociarse a él, el quiebre y el intento de elaboración, en “cualquier” espacio con casi “cualquier” persona. Psicopatología de la vida cotidiana extrema. Cada llamado de contacto y seguimiento que realizamos está orientado a brindar una pregunta que afecte, una llamada que habilite un espacio de encuentro, una invitación al enlace con otro.

Hoy esto implica importantes tiempos de escucha, donde por lo general, cada persona que se encuentra con la propuesta de ser oída, pareciera intentar exprimir esta oportunidad, tal vez porque hay mucho por tramitar, necesariamente con algún otro. Si bien, puede ser que efectivamente estemos todos problematizados, los equipos terapéuticos, en el mejor de los casos, nos esforzamos por re-conocernos y recordarnos que acá estamos como los agentes de salud y señalar-nos esto resulta fundamental para orientarnos.

Desde la coordinación de equipos de AT, en la actualidad, estamos funcionando de sostén, escuchando, dando lugar a la palabra, habilitando el enlace ya no solo del paciente, ahora más que nunca, funcionamos de apoyo para los acompañantes, familiares, referentes institucionales, y de equipos de profesionales tomados por una temática común: esta nueva cotidianidad. En esta realidad en constante devenir, en estos contactos donde habilitamos los lazos sociales, allí también aparece lo real, lo real de cuerpos que enferman, pacientes que se contagian, acompañantes, familiares de ambos.

El agente de salud que también constituye la figura de la coordinación, debe alojar todo ello en un intento de discernirlo de lo subjetivo, en reorientarse una y otra vez a un objetivo que es terapéutico, en señalar el encuadre, una terceridad que funcione de corte y ordene desde su propia lógica a esta nueva realidad.