La virtualidad hizo posible internalizar la propuesta del terapeuta

La virtualidad hizo posible internalizar la propuesta del terapeuta, por ejemplo: un niño que hace meses que señala para pedir el agua o las galletitas, pero que no vocaliza nada, entonces la estrategia que yo les sugiero es: cuando señala, dale dos opciones, ofrecerle una disyuntiva entre dos cosas que estén cercanas a lo que él está señalando, para generarle un problema al niño, mostrarle que no le entendieron y que debe modificar su comunicación, ya sea empezando a vocalizar o haciendo aparecer algún gesto, o imitando la acción que él necesita.

Para que esta estrategia funcione, la tenemos que utilizar durante meses para luego evaluar si fue efectiva o no, y esto es lo que creo que la virtualidad ayudó a que los padres comprendan al observar lo reiterativo, lo minucioso de la planificación de los estímulos que le presentamos al niño durante la terapia.

En el tratamiento logopédico es habitual que haya varias instancias en donde pedimos la entrevista a padres, la concurrencia de los padres para conversar.

Generalmente hay un primer momento en donde yo les explico de qué se trata la terapia, cuáles son las posibilidades de la fonoaudiología; una segunda etapa en donde evalúo la forma de interacción comunicativa que presenta esa familia para saber si es la adecuada para el niño en este momento de su desarrollo y luego para modelarla y hacer sugerencias si no es la adecuada.

Otro momento específico en donde les comento de qué forma pueden colaborar en la estimulación del lenguaje en casa, modelando las respuestas que le dan al niño.

Todas estas instancias fueron, a mi entender, mucho más aprovechadas en la virtualidad, por la necesidad de los padres de quedarse asesorando tecnológicamente, por si el celular se cae, por si se corta la videollamada, por si tapa la cámara, por si le saca el sonido, por estas posibles fallas es que los padres comenzaron a quedarse con el niño y creo que todos observamos que ayudó a toda la familia, que se pudo aprovechar mucho.

Como aprendizaje de la pandemia, lo que me queda es que voy a invitar a quien traiga a la consulta al niño a quedarse mucho más tiempo dentro del consultorio, porque creo que lo único que hace que uno no lo sostenga es nuestra propia incomodidad como terapeutas de tener la mirada del adulto permanentemente sobre el trabajo de uno, puede ser más intimidante que trabajar y jugar con el niño a solas;
pero si se trata solamente de esto y su presencia sólo trae ventajas, entonces haré más sesiones con la participación de madre, padre o quien trae al niño si es un familiar y una persona reconocida por el niño.