👉🏻Mucho tiempo se habló de la cuarentena en términos de un “detenimiento” de lo cotidiano, como un compás de espera hasta que el problema del virus se resuelva y, sin embargo, podemos ubicar que a cambio puso en marcha una maquinaria dedicada a la reflexión, elaboración, y adaptación, que implicó a su vez un ejercicio vastamente más exigente que aquellas rutinas a las que la vida pre-pandemia nos tenía acostumbrados.
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🔹Y si bien rápidamente se encontraron sustitutos que se fueron perfeccionando con el correr de las semanas, y que permitieron al conjunto mantener un “como si” de aquellas actividades que hacían a su vida cotidiana, de sostener de manera adaptada si se quiere, esa rutina y normalidad que parecía amenazada, en retrospectiva, esto fue una instancia más dilatoria que otra cosa.
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🔸Las reuniones por zoom, clases de gimnasia por Instagram, salas de chat que simulan aulas, y demás variables permitieron postergar un ejercicio que, si bien se podía demorar, eventualmente sería inevitable. Es que estas actividades operan a modo de velo de aquello que se impuso de manera tan aterradora, pero eventualmente el velo se corre y lo real exige una reflexión, exige el ejercicio de la elaboración.
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🔹En particular para aquellos que trabajamos en salud, y en el campo que nos compete que es el de la práctica del acompañamiento terapéutico, ver más allá del velo implica ver que más allá de una cena con amigos, una salida al cine, o una visita al shopping, existe una población más vulnerable a la que se le deben poder dar respuestas concretas y de manera expeditiva, y que nos demandan trabajar en llegar a ellos, aún en este contexto.
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🔸Y así surge, dentro de nuestra maquinaria de reflexión, un ejercicio de renovación permanente del dispositivo en donde el “caso por caso” cobra una mayor preponderancia, y se nos plantea la difícil tarea de, además de atravesar nuestra propia elaboración sobre estas vivencias, crear nuevos sentidos que definan y adapten esta práctica de manera que se atiendan las contemplaciones que la coyuntura le presenta a cada caso en particular.
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🔹¿Es esto justo para los trabajadores de la salud? No. Es un ejercicio inevitable. Es que, a partir de cierto punto, la ética del psicoanálisis atraviesa la óptica del profesional, y ya no es posible no pensar y reflexionar la clínica.
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🔸Y si detrás de este velo se encuentran aquellas subjetividades vulnerables que requieren de nuestra atención, es entonces que podemos resignificar, a priori, a la pandemia y al virus. Este no instaló las desigualdades sociales, sino que las puso en evidencia…
(Continuará…)